La Televisión me ha permitido conocer a muchas personas…grandes, pequeñas, altas, bajas, importante, no importantes. Entre todas ellas, los actores, inicialmente generaban una desconfianza propia por su oficio. ¿estarán fingiendo? ¿estarán actuando?
El tiempo me dio respuesta y de todas las personas que he ido entrevistando con algunos he trazado amistad. Toni Canto es uno de ellos y con diferente intensidad he compartido algunos momentos con él.
Ahora me entero de la trágica noticia de la muerte de su hija y de su actuación en el Teatro Barakaldo consciente del fallecimiento. Me quedo helado y todavía según escribo esto, un hielo baja hasta mi estomago.
Creo que la ultima vez que comimos juntos unos dimos un paseo hasta Sopelana, me hablaba de la necesidad de crear proyectos y subirse a los escenarios. Allí estaba su vida y todo se centraba entorno a la actuación.
Teníamos que comer pronto, para que tras el paseo se echara una siesta. Y en su boca, la palabra teatro predominaba por encima de cualquier otra disciplina de interpretación. Estoy seguro que la manera de llorar, de defenderse de la herida que deja la desaparición de un ser cercano de manera trágica, como era Carlota, fue subiéndose al escenario.
Y consciente de la diversidad de opiniones que puede dar este gesto y otros que en su trayectoria ha hecho, no seré yo quien le juzgue ni defienda, pero si de todos los actores que he conocido, puedo decir, que Toni Canto es una persona que no es que viva el Teatro… él en si es teatro. Un beso desde aquí.
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lunes, 31 de enero de 2011
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