lunes, 16 de enero de 2012

Desde la fila tres del patio de butacas LA EXPERIMENTACIÓN TEATRAL David Barbero


Desde la fila tres del patio de butacas

 

LA EXPERIMENTACIÓN TEATRAL

                                                           

David Barbero                                  



-He asistido este fin de semana, en el espacio La Fundición de Bilbao, a la representación del espectáculo titulado ‘Tierra pisada, por donde se anda, camino’, una producción de El canto de la cabra, creado y realizado por Elisa Gálvez y Juan Úbeda.
-Se trata de un espectáculo experimental, una creación diferente. Alguien utilizó la palabra Instalación.
-Igual los creadores no están de acuerdo con la palabra  espectáculo, o con el calificativo de instalación, o con que se diga que es una experimentación.
-No me parece que sean tan quisquillosos. Ellos se sienten libres con lo que han hecho. Los que lo comentan nos debemos sentir igualmente libres.
-Los elementos son: novecientos hilos negros, que al principio no se ven. ¿Novecientos? Cada uno con su nudo. Por lo tanto, novecientos nudos. De algunos nudos, se cuelgan tijeras. De otros nudos, se cuelgan flores. Esto, después.
-Los intérpretes van pasando entre los hilos como si no quisieran tocarlos.
-Es muy posible que no les parezca exacto el calificativo de intérpretes. Pero no importa. Creo.
-Los hilos se van quemando. Las tijeras caen al suelo. La mayoría se clava con un sonido contundente.
-Una cosa importante. Creo. Las flores están secas.
-Hay una proyección de imágenes de cerraduras.
-Eso a la derecha del escenario, según mira el espectador. A la izquierda, se proyecta un texto breve. De frases cortas. Divide el contenido en tres actos.
-Los actores (¿) aseguraron que prefirieron proyectar el texto sobre la pared en lugar de decirlo.
-Yo pensé bastante en el título. La alusión al camino, la tierra pisada, el trayecto por el que se anda.
-En los coloquios posterior y posterior, se habló de la experimentación teatral. Yo dije que tenía que pensar sobre ello mientras caminaba de noche hacia casa.
-Aunque no te guste, te diré que tú eres un zorrete. Cuando no sabes qué decir, argumentas que tienes que pensarlo.
-Entonces, siempre. 

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